Si presentas síntomas como fatiga, ictericia (piel amarilla), hinchazón abdominal, náuseas frecuentes o si tienes antecedentes de enfermedades hepáticas.

Se encarga de diagnosticar y tratar afecciones como hepatitis, cirrosis, hígado graso, enfermedades autoinmunes hepáticas y trastornos biliares.

• Hígado graso (esteatosis hepática).
• Hepatitis (A, B, C, D y E).
• Cirrosis hepática.
• Cáncer de hígado.
• Colangitis y enfermedades de la vesícula biliar.

• Análisis de sangre (pruebas de función hepática).
• Ecografía abdominal.
• Fibroscan (para evaluar fibrosis o daño hepático).
• Biopsia hepática (en casos específicos).

Es la acumulación excesiva de grasa en el hígado. Su tratamiento incluye:

• Cambios en la alimentación.
• Pérdida de peso gradual.
• Control de enfermedades metabólicas como diabetes y colesterol alto.

• Consumo excesivo de alcohol.
• Hepatitis crónica (B o C).
• Hígado graso no alcohólico avanzado.
• Enfermedades autoinmunes del hígado.

Se diagnostica con análisis de sangre. El tratamiento varía según el tipo:

• Hepatitis A y E: Generalmente se resuelven solas con cuidados generales.
• Hepatitis B y C: Pueden requerir antivirales para prevenir complicaciones.

• Alcohol y bebidas azucaradas.
• Alimentos ultraprocesados y con alto contenido de grasas trans.
• Exceso de sal y carnes rojas en grandes cantidades.

• Hinchazón abdominal severa.
• Pérdida de peso sin razón aparente.
• Sangrado fácil o moretones frecuentes.
• Confusión mental o cambios en el estado de conciencia.